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viernes, 25 de junio de 2010

La Caja de los Guerreros

La Caja de los Guerreros fue hallada casualmente en un olivar próximo a Piquía, en una de las  cárcavas producidas por las lluvias de este invierno.  La caja es una cista o urna cineraria de piedra arenisca, pero sobre todo es una obra del arte tardío íbero. A pesar de la romanización del territorio dos siglos antes,  todo el concepto es íbero, las inscripciones son íberas. y no latinas. De forma cúbica, en sus cuatro paredes laterales se representan en relieve diferentes escenas de luchas entre dos guerreros, tanto a caballo como a pie. Se cierra con una tapa con botón, con sogueado en aspas y bordes que parecen delimitar cada una de las cuatro escenas de lucha.
En su interior se encontraban intactas las cenizas y  unos pocos fragmentos de hueso de dos personas, pertenecientes  a un hombre y una mujer, quemados según la tradición ibera a menos de 800 grados. El  profesor Trancho, durante las interesantes jornadas íberas celebradas en Arjona el pasado 17 y 18 de Junio, relato todo el proceso de interpretación y análisis de estos restos óseos,  de  apenas unos centímetros y las deducciones de la morfología y características de los individuos, sexo, edad, complexión. Una exposición brillante de una ciencia sorprendente.

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