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miércoles, 11 de marzo de 2015

DIOSES, HEROES Y ATLETAS

Mañana dia 12 se inagurará en el Museo Arqueologico Regional en la ciuda de Alcalá de Henares una muestra sobre el ideal de la belleza en la Antiguedad. 

De Atenas a Alcalá de Henares. Del Olimpo a Complutum. Ese es el viaje que han hecho dioses, héroes y atletas griegos, durante seis meses en el Museo Arqueologico Regional.
Allí, en un exposición única en su género, podremos disfrutar de 95 piezas escultóricas sobre los cánones de la belleza que marcaban tendencia hace 2.600 años. El grueso de esta muestra son desnudos que hablan del culto al cuerpo. Algunas obras nunca han salido de los espacios museísticos atenienses.
La Comunidad de Madrid ha puesto mucho empeño en que la exposición guste y salga redonda. De hecho, se ha tenido especial cuidado y esmero en el transporte, desembalaje y ubicación de las piezas. La muestra, en sí misma, describe y revisa de qué forma la cultura occidental ha hecho suyas aquellas antiguas representaciones de cuerpos desnudos y cómo éstas han influido en el actual modelo de belleza o de fealdad.

Así, algunos de aquellos dioses y héroes que habitan el Olimpo van a estar, en breve, a la vista de los madrileños en la ciudad que fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1998 por la Unesco.

La exposición lleva por nombre «Dioses, héroes y atletas. La imagen del cuerpo en la Grecia Antigua» y ha logrado reunir 95 obras de arte entre esculturas de mármol, terracotas, relieves, bronces, espejos y vasos cerámicos que abarcan desde el siglo VI antes de Cristo hasta el siglo I después de Cristo. Un periodo, si Pitágoras no engaña, de unos 700 años aproximadamente.

La mayor parte de estas obras proceden de Ática, Beocia, Sur de Italia, Etruria e, incluso, de la Península Ibérica a través de préstamos temporales. 


  A esta riqueza le acompañan copias de las esculturas más importantes procedentes de museos españoles, fotografías, dibujos y cuadernos de academia entre los que destaca un facsímil de Goya. 

Desde el Gobierno regional destacan la presencias de obras de enorme valor como el «Kouros» del santuario de Apolo Ptoios, una estatua de Policleto o una espléndida colección de cerámica griega que abarca desde el periodo geométrico a la técnica de las figuras rojas. Y entre este tipo de cerámica destacan las cráteras áticas de la Necropolis de Piquia.

Los expertos insisten en que «es la primera vez que un museo español exhibe un Kouros», estatua masculina de gran formato que representa a un joven de la época Arcaica.



Reconocimiento del importante valor de estas piezas de la necropolis del príncipe íbero de Arjona que  así lucirán durante la exposición.



Fuente: ABC Madrid
 (y alguna aportación propia...)

viernes, 6 de marzo de 2015

LAS CRÁTERAS DE PIQUIA, EN EL MUSEO ARQUEOLOGICO REGIONAL DE ALCALÁ DE HENARES

Las cráteras griegas, datadas en el siglo IV a.n.e. que fueron  halladas en la necropolis de Piquia,  se trasladan desde el Museo de Jaén al Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, sito en la ciudad de Alcalá de Henares donde se expondrán en una exposición temporal.
El legado de los principes iberos de Urgavo sigue destacando por su incalculable valor. 

Las halladas en la cámara principesca de Arjona destacan por su calidad y originalidad temática en las figuras que representa. Tienen las figuras en rojo sobre base negra. Este estilo de figuras rojas apareció en Atenas hacia 530-520 a.n.e. La temática representada era muy diversa. Una curiosidad es que una de las cráteras de Arjona está dedicada a la mujer, con temas tan femeninos como el aseo o el arreglo de la novia, otra con el tema de una boda, las hazañas del héroe, era una forma de narrar algunos de los hechos cotidianos.
Poseer una crátera griega era un simbolo de gran prestigio en la sociedad ibera, pero no sólo a las distintas élites. Durante los primeros 50 o 60 años del siglo IV a. C., estas cerámicas fueron accesibles a una parte considerable de las poblaciones iberas urbanas de la Alta Andalucía.

40 AÑOS DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLOGICA IBERA EN LA PROVINCIA DE JAÉN

La Universidad de Jaén ha presentado la obra ‘Jaén, tierra íbera’, un libro singular que recoge las intervenciones arqueológicas que se han desarrollado en la provincia en los últimos cuarenta años. Intervenciones en las que ha participado el hoy Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibera de la Universidad de Jaén, pero también otras realizadas por equipos e investigadores de otras universidades y centros de investigación.
El Rector de la Universidad de Jaén, Manuel Parras, destacó en la presentación del libro la metodología de trabajo del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibera desde su creación, su interdisciplinaridad y la transferencia de conocimiento que realiza al tejido productivo, “haciendo del patrimonio cultural una fuente de recursos”. Un modelo de trabajo que a su juicio caracteriza al modelo universitario moderno.
La obra, editada por el Servicio de Publicaciones del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, Deportes y Relaciones Institucionales de la UJA, ha estado coordinada por Arturo Ruiz y Manuel Molinos, Director y Subdirector respectivamente del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibera, y consta de 36 contribuciones de 50 autores diferentes.
“Con este libro hemos pretendido mostrar la riqueza y el conocimiento del patrimonio íbero de Jaén, para lo que hemos planteado un trabajo desde que se crean los estudios universitarios y lo que significa para este patrimonio la presencia de una institución universitaria en la provincia de Jaén, que además tiene un grupo especializado en arqueología íbera. A lo que hay que añadir el descubrimiento en 1975 del conjunto escultórico de Porcuna, que hace que el patrimonio existente hasta ese momento, que era bueno, pase a ser excelente”, explicaba el catedrático Arturo Ruiz.
El trabajo se ha ordenado en una secuencia que atiende al tiempo de los iberos. Seis siglos de historia que arrancan de la nucleación de la población en el oppidum y el nacimiento de los príncipes, la creación de los pagos aristocráticos y el apogeo del modelo clientelar, el desarrollo de los modelos políticos territoriales con las pirámides de oppida, y el final del proceso, iniciado con la Segunda Guerra Púnica que llevó a la hibridación de la sociedad ibera bajo el poder de Roma. Se ha prestado especial atención a los diversos componentes materiales de la arqueología ibérica, a las nuevas formas que implican el uso de las nuevas tecnologías en la investigación y tratamiento de la información, así como a los modelos de transferencia del conocimiento a la sociedad. De esta manera, se muestran intervenciones arqueológicas en diferentes tipos de asentamientos o la revisión crítica de antiguas excavaciones a partir de otras recientes y de los nuevos conceptos que definen, teórica y metodológicamente, la arqueología de los iberos. Como Puente Tablas o Giribaile, necrópolis como la de Castellones de Ceal o las de Toya y Hornos de Peal de Becerro, santuarios como el de El Pajarillo, Cueva de la Lobera en Castellar o las Atalayuelas de Fuerte del Rey.

Por otro lado, en el libro se tratan numerosos asentamientos, hasta un total de 35, que abarcan el desarrollo cronológico y espacial de esos seis siglos. Algunos de ellos han tenido un tratamiento especial, como Puente Tablas, asentamiento al que se han dedicado treinta y tres años de investigación. Es también el caso de la necrópolis de Piquía, en Arjona, por tratarse de una reciente investigación sobre un asentamiento excepcional. Tampoco faltan otros como el Cerro de la Coronilla de Cazalilla, y por supuesto el santuario heroico de El Pajarillo de Huelma o Cerrillo Blanco de Porcuna, que han contribuido a reformular la visión de la estatuario ibera. Además, se han incluido algunos trabajos sobre piezas excepcionales de la arqueología ibera como el torito de Porcuna, la caja funeraria de Villargordo, la pátera de Perotitos, el sacrificador de Bujalamé, el tesoro de Santiago de la Espada o la Dama de Cerro Alcalá.
Otros trabajos, derivados de investigaciones muy recientes, se refieren a escenarios bélicos, como la Batalla de Baécula, o estudios sobre los sistemas de intercambio o explotación de recursos agrarios relativos a Marroquíes Bajos o Higuera de Arjona. Sin olvidar Cástulo y su Puerta de los Leones, que ocupan también un lugar destacado en el libro. Por último, se ha prestado atención a las investigaciones que abordan desde las nuevas técnicas analíticas el estudios de los materiales y de los contextos arqueológicos, al igual que la transferencia del conocimiento, otra de las señas de identidad del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, con las aportaciones de los proyectos 3D-ICONS, Carare o Viaje al Tiempo de los Iberos.
“Creo sinceramente que el trabajo ha merecido la pena, que se ha reunido un trabajo de investigación de un nivel científico más que notable, además expuesto con un lenguaje que permite que investigadores y la sociedad en general se acerquen a un encuentro con una tierra que definitivamente es ibera”, aseguraba Manuel Molinos.

El pasarriendas de bronce hallado en la necropolis del principe ibero de Arjona, ha sido el motivo de la portada del libro. 

Fuente: Diario Digital UJA.
Autor: Gabinete de Comunicación UJA (F.R.R.).