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martes, 7 de septiembre de 2010

Las armas de los guerreros

Para los antiguos guerreros íberos, sus armas eran un símbolo de su estatus de hombres libres o nobles y de su virilidad. Podían pasar de padres a hijos y era frecuente cuando un guerrero moría que se le enterrase con sus armas inutilizadas, “matadas” junto a su dueño.
A menudo, los romanos se sorprendían de la reacción virulenta de los hispanos al exigirles como parte de un tratado la rendición de las armas. Con rebeliones o resistencias hasta la muerte, grandes lamentos o incluso suicidios.Los guerreros hispanos solían ser los aristócratas de la tribu o los miembros de las familias de la nobleza. Aunque la guerra era practicada por los hombres libres en general de la tribu, tradicionalmente, los mejor armados y preparados eran los nobles.

ARMAS
Los pueblos de las fachadas oriental y meridional de la península debieron padecer, en especial a lo largo del I milenio a.n.e., continuas batidas que tenían como finalidad la captura de mano de obra para las explotaciones y para formar parte de los mercenarios que batallaron a lo largo de estos siglos en el Mediterráneo. El “gladius hispaniensis” que copiaron los romanos, era una espada de origen celtibero. Lo bastante larga para dar buenos tajos, aunque preferiblemente usada para las estocadas. Esta espada dio origen a la sucesión de modelos de espadas usados por Roma desde después de la 2ª Guerra Púnica hasta el siglo IV. Y probablemente a sido el arma que más gente a matado hasta el descubrimiento de la pólvora.

La falcata: Ensis falcatus o sable curvo, el arma más característica y que más controversias ha originado en todas las empleadas por los iberos. Estaban forjadas de hierro de gran calidad y dureza. En los fuertes sablazos, la falcata podía doblarse en el primer tercio de la hoja, donde el arma es más delgada y por tanto más débil. Al ser hierro forjado y batido, podía ser enderezada presionando con el pie la hoja que indudablemente terminaría en punta aunque no fuese un arma para pinchar sino más bien para tajar. Para clavar o dar estocadas, era más apropiado el tipo de gladius hispaniensis.
El origen de la falcata, hay que buscarlo en el Mediterráneo oriental. La llegada de mercenarios iberos a Grecia en la guerra entre espartanos y beocios pudo dar lugar a la adquisición de este modelo de arma.

- Antenae: La espada corta llamada “de antenas atrofiadas” por la forma de su empuñadura no era usual en la cultura ibérica. Casos aislados de hallazgos nos muestran que eran armas conocidas entre ellos.  Tiene una longitud total de 33 a 47 cm con una longitud de hoja de 22 a 36 cm. La hoja  es de doble filo, de gran flexibilidad y dureza.  Ideal para apuñalar en combate cerrado.
El cuchillo afalcatado: es un instrumento de carácter netamente funcional. Su afilación como arma ofensiva viene dada por su aparición en los conjuntos de armas en tumbas de guerreros y sobre todo el haber sido hallados adheridos por el óxido y sujetos por abrazaderas a las vainas de las espadas de la Meseta junto a puntas de faláricas, trágulas, lanzas y regatones de repuesto que el guerrero llevaba de esa forma.
- Lancea y jabalina: Las armas aguzadas con asta tienen una larga pervivencia y gozan de un notable arraigo en las culturas del Mediterráneo. La ofrenda más común y honorable a un guerrero caído era el “soliferruem”.  Una jabalina de unos dos metros y unos 800 gramos toda de hierro con la punta pequeña y algo más ancha que el astil. Un impacto tenía suficiente fuerza para atravesar los escudos. Al fallecer el guerrero ibérico, y como sucedía con todas sus demás armas, el soliferreum era doblado, inutilizado y enterrado junto con su dueño.
 
La falárica: Arma arrojadiza incendiaria, la más contundente arma ofensiva de los iberos. De madera de tejo o abeto, cuya punta era de metal de unos 90 cm de longitud (3 pies) y de sección cuadrada como el pilum. Es un arma corta, ligera y apta para ser arrojada a gran distancia.  La punta de  se cubría con estopa y pez u otro tipo de sustancia combustible. Se prendía la falárica y se lanzaba contra el enemigo, que quedaba indefenso por el fuego al  prender el escudo que solía ser de cuero y madera.


- La caetra: es el  genuino escudo íbero. Circular, pequeño de unos 50 a 70 cms,  fabricado en cuero y tablas de madera, que se empuñaba con un simple  asidero. Es similar en forma y estructura al escudo griego. Permitía la lucha tanto en orden cerrado como en formación abierta o en combate individual. Al morir el guerrero el escudo ardía en la pira funeraria, como las demás armas.

- El scutumParece implantarse en la península posiblemente a fines del siglo III a.C. con la llegada de los romanos. Largo y de forma oval, poco adecuado para combatir en abierto, pero muy eficaz en formación más cerrada como lo usaban los romanos. Es el elemento defensivo ideal para la infantería, ya que protege el cuerpo envolviéndolo ante los proyectiles lanzados por los enemigos. Estaba hecho como un panel rectangular, de tablas delgada unidas con cola de animal. Todo este armazón se forraba con cuero u otro tipo de piel y se trababa por un reborde metálico que lo reforzaba y protegía. Uno de los detalles más significativos y representativos es el umbo  o "centro" del scutum. Este presenta una especie de "joroba" de hierro o latón cuya función principal era la de suministrar al legionario una superficie voluminosa y contundente para poder abatir al contrincante que viniera de frente como si se le pegara con una maza.
 
- La coraza o lóriga: Los hispanos, cuya defensa se basaba mucho en la agilidad y habilidad del guerrero, no solían usar armaduras muy pesadas. Eran frecuentes los “coletos” acolchados de material orgánico, como pieles o cuero. Sobre la que se colocaba, si el guerrero disponía de él, una coraza-disco, que era una placa de bronce redonda, que cubría el corazón y las zonas de pecho a su alrededor, y se sujetaba con correas de cuero.Se sabe que los iberos usaban en ocasiones pequeños discos adicionales por ejemplo en los hombros. En general parece que esta combinación era bastante eficiente para lo que costaba y la ligereza que permitía al guerrero.

  -La honda y el arco: armas “de pobres”, no se representan en las estatuas ni dibujos, pero tenían una importante función. Se sabe que los arcos fueron bastante usados en el noroeste galaico y suroeste ibero de influencia semítica (fenicia-cartaginesa).
Los honderos baleares eran verdaderos maestros y apreciados mercenarios. Usaban tres hondas, de diferentes tamaños, para distintos alcances. Y se entrenaban desde niños, usando un pan que sus padres colocaban sobre un palo, y no se lo daban hasta que fuesen capaces de derribarlo con la honda.
La honda puede ser más peligrosa incluso que el arco compuesto, pero requiere mucha práctica, más incluso que con el arco.
Con el tiempo, en las hondas se usaron glandes (proyectiles) de barro, piedra o plomo especialmente diseñados,y podían incluir mensajes obscenos contra el enemigo, propaganda, etc. inscrita en el proyectil.