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miércoles, 16 de marzo de 2011

POBLACIONES DEL ALTO GUADALQUIVIR

En la zona del Alto Guadalquivir en época íbera, destacan dos zonas muy definidas:
1 - La zona oriental, actualmente correspondería con la comarca de La Loma, el Condado, etc hasta la zona de Baza. Es el área Oretana. 
2 - La Campiña, área de los Túrdulos. Habitada desde el siglo IV-III.
Entre estas dos zonas existiría una intermedia, terreno osigitania, que abarcaría desde el Puente del Obispo hacia Jaén, entre el Guadalbullón y el  rio Torres.
La vega del rio Guadalquivir es el área de los Túrdulos. Es un paisaje montañoso, con cerros, atalayas  y cumbres. Es sobre el siglo VII  a.n.e., cuando se crean los principales oppidas de la vega, que alcanzaron particular importancia y se transformaron en fortines. Estos oppidas tienen una tradición tartésica muy fuerte.Y una franja intermedia que no hay nadie, hasta Ipolka. En Guadalbullón hay otro grupo: Mentesa, Puente Tablas y Auringis. 
Los oppidas son el ámbito espacial donde se dirimieron los conflictos que aristócratas y los clientes de estos  plantearon en una sociedad de marcada desigualdad con la mayoría de la población, sometida al régimen de la servidumbre clientelar. Juntoa los oppidas aparecen aldeas, asentamientos en llano vinculados a las fértiles tierras de la campiña y la vega del Guadalquivir y sus afluentes, como en Marmolejo la Aragonesa, Santa Cecilia en los Villares, Cerro del Viento en Espeluy e Iliturgi en Mengibar.
Hacia  la primera mitad del siglo VI se observan factorías o estructuras agrarias pequeñas diseminadas, que viven fuera de los poblados. Aparecen las torres, asentamientos fortificados en lugares estratégicos con amplia visibilidad,  como Arjona (Urgao), la Atalaya en Lahiguera o Cerro de la Coronilla en Cazalilla.Las torres junto con los oppida y las aldeas se distribuyeron desde el Salado de Porcuna en dirección a la Campiña jiennense, dibujando una red de relaciones visuales que permiten asegurar el carácter articulado de su distribución. 
Ipolka es durante todo este periodo la mayor ciudad y "capital" del territorio de los Túrdulos. La aristocracia dirigente de la ciudad se refleja en el imponente conjunto escultórico descubierto en la necrópolis de Cerrillo Blanco, roto en miles de fragmentos al poco de realizarse, quizás por una de las revueltas que produjeron los cambios en el valle y la campiña del Guadalquivir. ¿Que  propicia la despoblacion? ¿Que presión de la campiña hacia la vega del Guadalquivir ha producido este fenómeno? Es una tierra muy fertil,   que se abandona y prácticamente se despuebla.
Se utilizaba con frecuencia uno de los caminos más importantes, la via Heraclea, que comunicará con la via Augusta. Es la antígua via de los íberos que pasa por Porcuna.  Habría un conflicto de competencias por controlar el paso por el Guadalquivir, entre los principes de la campiña. Se producirían tensiones entre los oppidas. A finales siglo VI desaparecen los habitats dispersos y poblaciones.  Desaparecen las torres de Arjona y Lahiguera,  zona de enorme desarrollo que se abandonan al paso del siglo V. Y permanece así durante los siglos IV y III. El único tipo de asentamiento que pervivió fue el oppidum. Incluso algunas de las pequeñas aldeas que podrían identificarse para los momentos finales del s. VI a.C. desaparecieron, como la Aragonesa,  que se despuebla hacia el año 500 a.c., Montoro o Los  Villares, menos Iliturgi.
En la vega es un conflicto antiguo. Era la primera colonización de tierras,  planteada desde oppidas como Torreparedones o Montoro o incluso desde instancias políticas de orden superior.
En la zona Oretana es muy diferente, hay un  programa de colonización, pero de poblaciones abandonadas en la Edad del Bronce. 
La Loma la  toman los íberos en el siglo II, la población se asienta junto a los rios, no en los bosques que abundaban en esta zona. Oretania no se ubica en áreas altas, si no en el fondo del valle, no controlaba estrategicamene el terreno. Cástulo es la gran ciudad del siglo VI al norte del Guadalquivir., capital del reino Oretano. Giribaile se encuentra en la confluencia del Guadiamar y el Guadalén, de mayor afluencia. Y poblaciones como Iltiraka o Úbeda la Vieja. Desde aqui se controla, con dos grandes santuarios, el valle del Guadalen: Collado de los Jardines y Cueva de la Lobera. Despeñaperros y Castellar.

En el territorio túrdulo y la ciudad de Ipolkca al final del siglo II comienza a cambiar su sociedad , cambian las formas aristocráticas originales del periodo, por formas oligárquicas ciudadanas, como ocurre en todas las sociedades mediterráneas del momento. Se ve inmersa en el proceso de llegada a la Península Ibérica de los ejércitos cartagineses, la IIª Guerra Púnica y la victoria romana tras la Batalla de Ilipa en 206, fecha que marca el comienzo de la “romanización”.


martes, 22 de febrero de 2011

ESCULTURA ÍBERA: CERRILLO BLANCO

Entre 1975 y 1979 se rescató en el lugar llamado Cerrillo Blanco en Porcuna el más importante conjunto escultórico de la cultura íbera. Porcuna era la antigua  Ipolka,  capital de los túrdulos,  un gran centro económico del territorio situado sobre el eje de comunicaciones de la Vía Heraclea, verdadera columna vertebral de la civilización íbera. Después de la conquista romana pasaría a llamarse Obulco, pero manteniendo su carácter íbero por más de un siglo.
Este conjunto escultórico formaría parte de un costoso mausoleo realizado en honor de un gran personaje, un reyezuelo del oppidum de Ipolka,  que fue capaz de promover un monumental proyecto artístico para lo cual contrataría los servicios de algún artista griego . Se podría datar sobre el primer cuarto del siglo V a.c., aproximadamente entre el 450 a.c. al 400 a.c Por alguna revuelta en contra del poder aristocrático, fueron destruidas poco después de ser acabado, por que las estatuas estaban muy nuevas cuando fueron sepultadas. La piedra arenisca blanda con las que están hechas no presenta los sintomas de deterioro de una prologada exposición a la interperie.  En total el conjunto estaría formado por más de 40 estatuas. Los que las destruyeron pretendian borrar la memoria de un nombre o de una estirpe, mutilando especialmente los rostros, excepto de uno. Pero los pedazos fueron cuidadosamente recogidos y trasladados a una necrópolis tartésica (siglo VII a.c.) con 24 fosas individuales y una megalítica. Debían de tener una gran carga simbólica y por fortuna fueron cuidadosamente enterrados los fragmentos. Depositadas en un gran hoyo y cubierto de grandes losas de arenisca, de la misma manera que cualquier otra inhumación, como muestra de devolverlas a terreno sagrado. Este nos ha permitido tener este excepcional conjunto de esculturas mutiladas, cerca de 1.500 trozos. Algunas estatuas en su emplazamiento se situaban en columnas sobre plinto, de ahi la sensación al verlas que parezcan desproporcionadas, y no por las partes que les faltan, si no por que estaban creadas para verlas en alto.  
Desde que se descubrieron el primer paso ha sido recomponer este complejo rompecabezas, según se iban recuperando los trozos y por tanto recuperando las formas de cada estatua, comprobandose la maestría y calidad que eran evidentes con sólo analizar los fragmentos sueltos. Están esculpidas en una arenisca blanca de grano muy fino, que pudiera proceder de las canteras próximas a Santiago de Calatrava. Es una piedra idónea para una talla de calidad, por su facilidad para obtener volúmenes, formas complejas y una apariencia y tacto muy agradable.
Las estatuas no son del mismo estilo, pero si muy homogéneas, como hechas por el mismo taller, pudiendo distinguirse varias manos en su elaboración. Se agrupan  por temas, contando la historia de un linaje aristocrático. Son algo menores que el natural. Representan guerreros, aislados o en grupo, personas de ambos sexo con trajes ceremoniales y atributos diversos: lucha con un grifo, una divinidad envuelta por los cuerpos de dos cabras, animales diversos (leones, toros, esfingue, un águila). Hay composiciones en altorelieve, como la de dos hombres batiendose o la del cazador con su perro y una liebre en la mano. Desde luego, el conjunto más importante es el de los guerreros, no sólo por su sentido relacionados con luchas sangrientas, sino al haber recompuesto figuras de grupo, esculpidas en un solo bloque, con una complejidad hasta ahora desconocida en el mundo íbero. Sobresale la escultura del grupo en bloque único que formaba un guerrero y su caballo atravesando con su lanza por la boca a un enemigo derrumbado a sus pies. Los detalles son tan precisos que se puede ver la punta de la lanza asomandole por la espalda.  Las anatomias estan bien modeladas en sus proporciones y en la acertada interpretación de la musculatura y los movimientos. Las pocas cabezas que se han recuperado están muy dañadas, quizás por la saña en su destrucción por un impulso ideológico o religioso. La mejor conservada es la del guerrero de la doble armadura, un hermoso rostro juvenil, sereno,  de rasgos finos, ojos oblícuos y rasgados. La nariz recta, labios carnosos de contornos cuidadosamente señalados con un surco. Recuerda el estilo final del arcaismo griego y la transición a las formas clásicas.
Las vestiduras y el armamento están realizado con un detallismo que otorgan a las esculturas el valor añadido de ser excepcionales testimonios etnográficos. Cascos que parecen de cuero, con guarniciones metálicas y adornos. La cimera de los cascos era espectacular, con la esfinge de un felino, al estilo de las que lucian griegos y troyanos en los frontones de Egina. Se protegen con corselete corto, de borde curvo y teminado en punta entre las piernas y sujeto con un cinturón ancho. La coraza es de discos metálicos cogidos con correas sobrepuestos a una especie de chaleco en forma de ocho. Esta figura originalmente estaba policromada, posiblemente en color rojo, por los restos que aún se pueden apreciar, lo que daría una apariencia muy diferente a lo que estamos acostumbrada a verla en color blanco.
La escultura del grupo del hombre que lucha a cuerpo con un grifo es una rara representación de un tema que se puso de moda en la literatura griega. Pudieran los íberos aficionarse a estos asuntos de luchas del tradicional heroe con animales,  de claro significado funerario. El hombre lucha sin armas, de igual a igual con la fiera. 

Hace 2.4000 años en un túmulo sagrado,  importante centro religioso túrdulo, se inhumaron los restos de todas estas esculturas que han marcado los estudios de la cultura íbera y que se prestan a tantas interpretaciones sobre su significado.







lunes, 7 de febrero de 2011

"Ventana a la Ciencia", un espacio sobre arqueología en el Parque de las Ciencias de Granada

La universidad de Jaén presentó el viernes, 4 de Febrero, en el Parque de las Ciencias de Granada el espacio ‘Tras los pasos perdidos. Investigación e innovación en Arqueología’, con el que se inauguró la segunda edición del programa ‘Ventana a la Ciencia’, en el que participan todas las universidades andaluzas.
La presentación de esta actividad corrió a cargo del Rector de la Universidad de Jaén, Manuel Parras, que estuvo acompañado por la Vicerrectora de Comunicación y Relaciones Institucionales, Esther López Zafra, y por el director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica de la UJA, Arturo Ruiz Rodríguez.
En esta ocasión, la Universidad de Jaén presenta un espacio centrado en un conjunto heterogéneo de pueblos, como fueron los Íberos, que emplearon por primera vez la escritura en la Península, sentaron las bases agrícolas mediterráneas y establecieron un modelo de relaciones políticas encabezado por una clase aristocrática. 
En esta Ventana, el director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica destacó que la historia “y las nuevas tecnologías se ponen al servicio de la investigación para desvelar claves sobre cómo fueron estas culturas del pasado”. Para ello, explicó algunos de los proyectos del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica de la UJA, “que permiten ver el trabajo que se realiza desde el ámbito arqueológico”, como la necrópolis de Arjona, los restos de la batalla de Baecula de la segunda Guerra Púnica o la base de datos sobre piezas de cerámica íbera. 
Los visitantes vivirán esta experiencia de la ciencia en directo, disfrutarán de forma amena y didáctica de una ventana abierta al conocimiento liderada por los propios científicos de la UJA, y podrán conocer de primera mano la cultura de los Iberos y el importante legado patrimonial, factor de la identidad que dejaron. Este espacio expositivo podrá visitarse desde hoy y hasta el próximo 20 de marzo, en horario de mañana de 11 a 14 horas, y de tarde de 17 a 19 horas. 

Diario Digital UJA

martes, 25 de enero de 2011

Hallan dos nuevas tumbas en el yacimiento de Cástulo en Linares

Unas excavaciones arqueológicas de urgencia en el camino de acceso al yacimiento de Cástulo, en Linares (Jaén), considerado el "oppidum" (ciudad ibérica fortificada) más extenso de la Península, han sacado a la luz dos tumbas, una ibera y otra romana, con más de siete siglos de diferencia entre ellas.
La directora de la excavación, Yolanda Jiménez, ha explicado que los restos aparecieron al abrir una zanja para dotar de luz al yacimiento y viendo la "importancia" de los mismos y ante el riesgo de expolio se decidió actuar de urgencia.
Durante el fin de semana pasado han trabajado una veintena de personas, en su mayoría no son arqueólogos profesionales, sino miembros de dos asociaciones de Linares que también han aportado sus conocimientos sobre otras materias, y donde además se han turnado para vigilar el lugar durante las 24 horas.
De las dos tumbas, situadas de forma paralela, la más importante es la ibera, fechada entre el siglo V antes de Cristo y el primer cuarto del siglo IV antes de Cristo.
En esta tumba destacan los hallazgos de una crátera ática (vasija) con restos que deberán ser analizados y que podrían pertenecer a una mujer, ya que no se han encontrado armas con las que se solían enterrar los hombres, mientras que sí se ha hallado una especie de lamparilla para quemar incienso, y fusayolas (contrapesos) usadas en telares para elaborar tejidos.
En la tumba romana, al principio se especuló con que fuera una aljibe, sin embargo, cada vez cobra más fuerza la teoría, según los arqueólogos, de que fuera una tumba de una mujer.
Esto lo apoya el hallazgo de una estela funeraria que formaba parte del muro constructivo en el que con anterioridad aparecería el nombre de la mujer, su edad (cuarenta años) y una alocución latina común en los enterramientos "sit tibi terra levis", traducida por "que la tierra te sea leve".
En ese mismo espacio se han encontrado materiales constructivos romanos reutilizados como tejas, tégulas, o ladrillos de engarce.
El yacimiento
Cástulo, además de ser uno de los yacimientos más expoliados y un "oppidum" de los más importantes de la Alta Andalucía, fue la capital de la Oretania, situada en el área norte de la provincia de Jaén, y una de las pocas ciudades que acuñaron su propia moneda desde finales del siglo III antes de Cristo.
Sus ricas minas de cobre, plomo y plata, rentaban al cartaginés Aníbal, casado con Himilce oriunda de Cástulo, 300 libras diarias, y le dieron una gran importancia comercial, tanto en época ibera como romana, a lo que se unía el hecho del que hablan los escritos de que el Guadalquivir era navegable hasta allí y por ella pasaban varias vías romanas.
Un yacimiento, que fue escenario de la Segunda Guerra Púnica, que enfrentó a cartagineses con romanos, y que en breve será puesto en valor para incluirlo en la Ruta del Viaje al Tiempo de los Iberos, que recorrerá los principales yacimientos ibéricos de la provincia finalizando en el Museo Internacional de Arte Ibero de Jaén, en construcción, y que se espera abra sus puertas en 2012.
25.01.11 - 12:01 -IDEAL JAEN

domingo, 16 de enero de 2011

EL TORO IBERO DE ARJONA

En los años 40 fue hallado un toro ibero en una finca privada. Se trata de una escultura exenta de un toro en pie de piedra caliza blanquecina. La cabeza de frente y la boca definida mediante una incisión semicircular. El morro se caracteríza por unos orificios nasaler redondeados. Ojos ovalados, con la pupila muy bien diferenciada, sobresalientes y circulares. Tres rebordes aplanados recorren cada lado de la frente, dispuestos a partir de su zona central. Los cuernos eran postizos,de plomo,  quedando aún restos de los orificios donde se colocaban. Las orejas eran de piedra, y no se han conservado, como tampoco las patas. La testuz del animal se encuentra cubierta por mechones curvos cuyos extremos terminan en un rizo. Todo el cuello se encuentra cubierto por arruegas gruesas, paralelas y onduladas. Vientre y costillar redondeados. La cola del animal se encuentra rota. Tiene una longitud de 142 cms. una altura de 53 cms y de grosor 42,5 cms. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de Granada.
Similar a este toro es el de Porcuna, de forma muy arcaica, con planos duros sobre los que el artista realiza surcos netos para sugerir los detalles anatómicos, muy rítmicos y efectistas que simulan la piel arrugada del cuello del animal, parecido con el toro de Arjona. Las orejas son similares a las de un león y falta la parte del morro.

Unas extraordinarias esculturas relacionadas con el toro, animal con una  funcionalidad de culto. Considerado sagrado, es uno de los rasgos fijos de la cultura mediterranea. Desde sus primeras representaciones en el paleolítico en la cueva de Lascaux, aparece en la mayoria de las civilizaciones antiguas como en la minoica, Creta,  con su  legendario rey Minos y el laberinto del Minotauro,  el fresco de la taurokathapsia o el rapto de Europa por Zeus transformado en toro,  por citar algunos ejemplos de los muchos en los que el toro es protagonista de religiones, mitologías y leyendas. 
Vinculado desde las primeras civilizaciones con España, hay una gran cantidad de  representaciones artísticas del bóvido a lo largo de todos los tiempos,  desde los Toros de Guisando en Ávila, a los pintados por Picasso. Es habitual utilizar la expresión "la piel de toro" para referirnos a nuestro pais, por la descripción que daba de la península ibérica el geógrafo Estrabón. 

jueves, 30 de diciembre de 2010

FELIZ AÑO NUEVO¡¡¡¡¡

sábado, 18 de diciembre de 2010

URBANISMO DE UN OPPIDA ÍBERO

Los íberos se agrupaban en núcleos protegidos por murallas que conformaron los primeros asentamientos. Situados en lugares elevados en lo alto de una colina o montaña, que tuvieran buena perspectiva y los protegiera de invasiones o asaltos.
La mayor parte de las estructuras urbanas íberas responden a un modelo arquitectónico que cumple con unos requisitos mínimos, área rodeada por un perímetro defensivo bien delimitado, con espacios interiores para casas o almacenes, separados por calles y espacios públicos. Sin embargo no está claro si pudiéra ya hablarse de la existencia de ciudad, por el concepto de ésta que tenemos. Faltarían edificios específicos destinados a actividades administrativas, templos, palacios, etc.
Las murallas resultan esenciales en los asentamientos íberos, tanto si se encuentran en llano como en lugares elevados que es lo más frecuente. En estos casos, la muralla no recorre todo el perímetro del oppidum, tan solo en el acceso por algunos de sus lados más accesible, como es el caso del oppidum de Puente Tablas, en Jaén.
Localizado en dos cerros, Puente Tablas está amurallado por completo, excepto en su lado oeste, la más inaccesible por el cortado del cerro hacia el rio, aprovechando una zona rocosa. Este oppidum es uno de los más grandes localizados y uno de los núcleos más importante de la campiña de Jaén.
Su acceso estaba resguardado por dos torres o contrafuertes.  El lugar es claramente estratégico, controlaba la llanura del rio Guadalbullón con una extenso control visual sobre la campiña y alrededores. Privilegiado, con un entorno de bosque de galería junto al rio, encinas, pinos, acebuches…Se cultivaba el cereal y habría ganado vacuno y ovicáprido.    En la inmediaciones han aparecido restos de explotaciones mineras de hierro y tal vez una salina.  La ocupación de este asentamiento se documenta desde aproximadamente el siglo VI al III a.n.e
La muralla construida en mampostería, de sillares más o menos regulares, contaba con dos muros en talud, uno exterior formado por piedras mayores, el que debe soportar el ataque directo de los enemigos, y otro interior, construido generalmente con piedras más pequeñas, a modo de refuerzo  Pueden tener las mismas dimensiones, con el espacio intermedio de anchura variable, relleno de piedra y tierra. La muralla de Puente Tablas cuenta con hasta un tercer refuerzo.
Estas murallas estaban revestidas con un grueso enlucido en arcilla, pintado quizás en blanco, lo que daría a la construcción un mayor realce. Adaptado  a las curvas de nivel del terreno en el que se asienta, tiene forma retranqueada,  que permitiría defenderse del enemigo no sólo de frente,  sino también por alguno de sus flancos. Contaba posiblemente con hasta  ocho bastiones de refuerzo.  La parte superior de la muralla estaría construida con adobe o tapial. Podría tener entre 6 a 7 metros aproximadamente de altura. Para contrarestar el empuje de la piedra se reforzó con grandes piedras en la base o "pie de arquitecto" para evitar el movimiento de los muros, por que no se utilizó para levantarla ninguna fosa de cimentación.
No todas las murallas tenían como objetivo principal la defensa. Los oppidum íberos de  Jaén eran sociedades aristocráticas, casi aislados uno de otros como por su orgullo local.  Estas "pequeñas taifas", separadas por una distancia en linea recta de unos 8 kms, fueron incapaces de crear una gran confederación que los uniera para resistir a los invasores. Así, frente a Puente Tablas tendríamos a continuación el oppidum de las Atalayuelas, en Fuerte del Rey,  continuando con los oppidum de Arjona y de Cerrillo Blanco en Porcuna. 
En algunos casos la muralla tenía un valor simbólico o de obstentación del poder del principe o jefe del oppidum. No han aparecido restos de batalla en estas ciudades de la campiña norte, por lo que no parece ser por una cuestión defensiva el levantamiendo de estas construcciones.
Desde el interior apenas se vería la muralla, las casas quedaría adosadas a la misma prácticamente .  El plano de el oppidum de Puente Tablas corresponde a una ciudad en terreno llano, con un desarrollo más complejo que otras ciudades en terrenos escalonados u organizados en ladera. El urbanismo es con calles rectas empedradas, que se cruzan perpendicularmente, delimitando varias manzanas. Las casa eran muy sencillas. Normalmente  tenían forma rectangular.  Constaban de un patio de entrada y dos habitaciones, el espacio mínimo para una pareja y su familia que realizaba gran parte de sus actividades cotidianas en el exterior de la vivienda,  aunque se  distingue la que se dedicaba a alguna actividad, como la molienda, o almacén. Alguna de las estancias podría estar enlosada, pero normalmente era tierra apisonada. 
Conocian además elementos sustentantes, como quizás esta columna con capìtel íbero de piedra hallada en Baeza (y actualmente en el Museo Arqueológico Nacional). De fuste liso con una ligera disminución en su parte superior. Remata en una pieza rectangular con las caras algo rehundidas, divididas en dos frisos y separadas entre si por una especie de pilastra en las esquinas. Decorado con motivos geometricos y pequeñas circunferencias concéntricas. De gran sencillez, está muy lejos de cualquier otro elemento de influencia clásica.
Se construían a partir de zócalos de piedra seca o ligada con fango que sostenían una pared de adpobes o de tapial. Se enlucía con arcilla o yeso y a veces se decoraba con algún motivo pintado. Aproximadamente sus medidas serían de 14 mts de largo por 7 de ancho. 
El patio contaba con un banco corrido adosado a una pared lateral.  Por regla general las viviendas eran de una sola planta, aunque una de las casas de Puente Tablas tiene un patio con un pilar central, y es de mayor tamaño que el resto, pudiendo contar con dos plantas, al tener restos de una escalera. Esto demostraria un mayor nivel social al ser superior que el resto. En esta vivienda se encontraron restos de cerámica griega, lo que refuerza la teoría de mayor status social. Quizá esta fuera la vivienda principal, la residencia del principe en esta sociedad aristocrática.
El techo, formado por un entramado de madera y barro, tendría una inclinación para evacuar el agua hacia la calle o el patio. En este caso, se hacía un drenaje en una esquina para desagüe.