
La expansión de estos oppidum se ve favorecida por el rio. El rio Jandulilla es una via de comunicación en su avance por el valle del Guadalquivir. Con la fundación del santuario se hizo frecuente la llegada de productos cerámicos al valle, como ocurria en otras zonas vinculadas, como los valles de los rios Guadalbullón y Guadiana Menor, paralelos al Jandulilla. Así llegaban las riquezas que favorecía la implantación del tributo como base de las relaciones sociales de las aristocracias gentilicias. Y los santurarios son un elemento clave.
Porcuna ya había marcado con su conjunto escultórico la importancia de los animales en el imaginario del Alto Guadalquivir. El Pajarillo ha permitido, al contextualizar la posición de las imagenes, el papel de los animales con garra en el monumento. Se reconocen tres especies: el león, el grifo y el lobo, situados como se ve en la reconstrucción. Dos leones en la torre, al comienzo del paso, a un lado y otro de la escalera. Los grifos en la cúspide de la torre, uno a cada lado. Y en el centro el héroe armado con la falcata que parece esconder bajo su manto, que a la vez le sirve de escudo. El lobo parece estar esperando el ataque, en tensión, con la cabeza erguida y las fauces abiertas. Pero está postrado de sus patas traseras, lo que parece indicar que es el animal en que está en su territorio invadido por el guerrero íbero. Junto a él un personaje desnudo, al que viene a rescatar el guerrero.
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