
Cerro Boyero fue dado a conocer en el año 2002, a raíz del hallazgo casual de un relieve antropomorfo ibérico y parte de una inscripción en piedra en un lugar cercano a la zona fortificada. La primera de estas piezas conserva la mitad del rostro de un hombre con barba y
pudo pertenecer a la fachada de un edificio. La inscripción se sitúa en
un bloque de forma trapezoidal y en ella se aprecian dos líneas de
escritura con seis signos identificables y tres incompletos. El régimen
de protección acordado incluye ambos bienes inmuebles, que actualmente
se exponen en el Museo Municipal y Centro de Interpretación del
Territorio de la cercana población de Alcalá la Real (Jaén).
Los materiales en superficie del yacimiento revelan una ocupación humana continuada durante el Bronce Final Reciente (cerámica pintada a bandas con motivos geométricos de policromía roja y negra), la Edad del Hierro Antiguo (molinos de mano y otras piezas de moler), la época ibérica (otras cerámicas con decoración geométrica), la ocupación romana (abundantes vestigios cerámicos y restos de ánforas y conducciones de agua) y la Edad Media (cerámica vidriada).
De la muralla ibera se conservan algunos restos emergentes, sobre todo en el flanco norte, donde se aprecia una construcción en talud a base de piezas pequeñas. En otros sectores existían lienzos de grandes sillares, aunque la acumulación de grandes montones de piedras para facilitar las tareas agrícolas impide reconocerlos.
Otros indicios apuntan a que la necrópolis del poblado podría situarse en la zona de El Barranco, prolongación natural de Cerro Boyero, donde también existen abundantes restos de cerámica ibérica y romana.
Fuente: ABC Córdoba sl
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