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miércoles, 21 de septiembre de 2011

LA CIUDAD DE LOS MUERTOS

La cultura íbera alcanzó un gran desarrollo, con una sociedad estructurada de carácter urbano. Situada a escasa distancia del poblado se situaba la necrópolis, la otra ciudad, la de los muertos. Era el complemento a una sociedad integrada en territorios definidos, con redes viarias estructuradas. Por tanto eran ciudades con una importancia politica y económica, que determinaban y marcaban con la monumentalidad  para dar mayor prestigio a los héroes enterrados en su necrópolis, Los enterramientos eran de diversas formas, como la  tumba turriforme, rematada con una torre, con esculturas o relieves y escalonadas. como la de Pozo Moro, en Albacete. Es un monumento que se situa entre la transición entre la monarquía sacra y la monarquía heróica, datado a finales del siglo VI, cuando comienza el cambio de mentalidad que comenzó a darse en el mundo íbero así como las repercusiones que dicho cambio tuvo en la sociedad ibérica.
Las tumbas de cámara son características del mundo íbero meridional, sobre todo la alta Andalucia, como la de Galera. Casi todas de planta rectangular, y las urnas cinerarias o bien estaban sobre el suelo o sobre poyetes a no mucha altura . A veces depositadas en una cavidad abierta en el suelo y cubierta  con losas planas.
La tumba más importante estaba construida sobre la superficie del terreno, de planta cuadrada, construida en sillería y cubierta con grandes losas de piedra, recubiertas por un talud de tierra. La cámara de Toya se excavó una zanja en la roca, y se rodeó todo el perímetro con grandes losas.  La planta de la tumba es de tres naves, con las laterales divididas en dos por medio de muros transversales. Tiene un banco corrido a lo largo de la pared y nichos en las paredes.
Las tumbas tienen su jerarquia, según el  rango social del difunto, como sucedería en Cerrillo Blanco de Porcuna o Piquia de Arjona. El príncipe íbero cuando fallece es vestido con el mejor atuendo, incinerado con sus armas  y su carro. Sus restos eran colocados en una urna y depositados en su tumba,  junto  al  ajuar que marca el lujo y ostentacion, el prestigio de su linaje aristocrático. Se adorna la tumba con esculturas o la urna cineraria con  relieves como los que adornan la Caja de los Guerreros, para exaltar el valor del difunto  Y tambien animales fantásticos, grifos, leones para protección de la tumba, casi como custodiando al personaje alli enterrado.
Si los hombres estaban vinculados a la fuerza, las mujeres estaban asociadas a la riqueza, reflejada en sus imagenes funerarias: mantones, rodelas, grandes pendientes, diademas, collares, brazaletes y sortijas. Son la continuación de la estirpe, de la prosperidad.
En principio sólo eran enterrados con todo el ritual los personajes principales.Respetando el entorno de respeto de la tumba principal, se situaban otras de diferentes rangos sociales , algunas muy sencillas, simple enterramiento marcado por unas piedras o cámaras más pequeñas.

jueves, 8 de septiembre de 2011

COMO SE REALIZÓ EL MONUMENTO AL PRINCIPE ILTIRTIL



Paso a paso de como realizaron los imagineros Hnos. Expósito Cortés la reproducción del mascarón hallado en la cámara principesca de Piquia, en Arjona. Con esta escultura se rinde homenaje al principe ibero Iltirtil en su ciudad.

viernes, 26 de agosto de 2011

VIAJE AL TIEMPO DE LOS IBEROS, EN EL DIARIO EL MUNDO

El Valle del Guadalquivir fue testigo de la gran cultura prerromana que extendió sus dominios entre los siglos VI y I antes de Cristo al sur de la Península Ibérica. Allí, con Jaén como epicentro, se dan cita yacimientos arqueológicos de incalculable valor.
Columna de origen íbero.
Jaén es dueña del mayor patrimonio íbero del mundo. La gran cultura prerromana que extendió sus dominios hacia el sur de la península entre los siglos VI y I antes de Cristo tuvo en el Valle del Guadalquivir uno de sus principales hogares. Los yacimientos arqueológicos que se extienden a lo largo y ancho de la provincia dan fe de la importancia de uno de los capítulos más relevantes de la historia antigua española. El Viaje al tiempo de los íberos es una iniciativa cultural y turística puesta en marcha en numerosos pueblos y ciudades de la provincia que persigue mostrar una riqueza singular, única, distinta a los argumentos naturales y artísticos que han hecho famosa a Jaén.
Hay más de quinientos sitios inventariados que prueban la existencia de una cultura refinada, comprometida y avanzada que no halló empacho para aceptar los cambios que Roma introdujo en la península. El pueblo íbero representa la primera memoria hispana, el origen de una civilización pacífica y plural que hoy simboliza Andalucía. El viaje comienza al norte de Jaén, en el Parque Natural de Despeñaperros, donde se halla la cueva de los Muñecos, situada a un lado de la carretera que sube hasta Aldeaquemada. En ella se encontraron, además de pinturas rupestres de arte esquemático, decenas de exvotos íberos que hoy se exhiben en las vitrinas arqueológicas del Museo de Jaén.

La grandeza cultural

Más al sur se halla la encantadora ciudad de Castellar, en cuya cueva de la Lobera se hallaron muestras de esa cultura. Pero es en Cástulo, en la gran ciudad íberorromana a ocho kilómetros de Linares, donde se manifiesta la grandeza de esa cultura, en un inabarcable yacimiento en cuyo centro de interpretación se testimonia la importancia de esta urbe en los siglos previos a nuestra era. En Linares, de hecho, abre sus puertas el Museo de Cástulo, uno de los grandes centros arqueológicos que muestra una ilustrativa visión repartida en salas del modo de vida, la sociedad, la cultura y la economía de aquel pueblo.
La cámara sepulcral de Toya, en la localidad de Peal de Becerro, a las puertas del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, ejemplifica la liturgia funeraria de este pueblo y la sofisticación que alcanzó su arquitectura. Pero son los yacimientos de Cerrillo Blanco de Porcuna y El Pajarillo de Huelma los que simbolizan la estrecha vinculación de esta civilización con Jaén. En las campañas arqueológicas realizadas en ambos parajes, el primero en la campiña jienense y el segundo a los pies del Parque Natural de Sierra Mágina, se hallaron dos conjuntos escultóricos de excepcional valor expuestos en las salas nobles del Museo de Jaén.

La figura del Guerrero

El primero está simbolizado por la figura del Guerrero y es el ejemplo más sobresaliente de hasta qué punto la escultura fue una de las grandes artes del pueblo íbero. En ella se expresa la influencia oriental y la división en estamentos y clases en cuya zona alta figuraban los grandes príncipes que ejercían el gobierno sobre vastas zonas del territorio.
Por su lado, el conjunto de El Pajarillo de Huelma ocupa el patio central del museo, situado a un lado del paseo de la Estación de la capital, y representa un santuario funerario cuyas esculturas humanas luchan contra los animales y los elementos. La gran figura de este conjunto es el lobo íbero, otro de los excelsos símbolos de esta civilización. La importancia de la cultura íbera en Jaén es elocuente. De un tiempo a esta parte se construye el futuro Museo Internacional de Arte Íbero en una sede situada en las proximidades al actual museo. En este nuevo centro expositivo se prevé que se exhiba la mayor colección mundial de piezas de esta civilización.

Este artículo aparecido en el diario EL MUNDO, portal viajes www.ocholeguas.com, no menciona nada del yacimiento de nuestra necrópolis arjonera de Piquia. Creo que aunque es un artículo escrito muy recientemente, por la "novedad" que está suponiendo el mundo íbero, con exposiciones, programas de televisión, dossiers especializados, etc, descuida el importante hallazgo de Arjona.  Quizás a nuestro yacimiento le falta toda la difusión que se merece.

jueves, 14 de julio de 2011

BRONCES IBEROS

De los bronces íberos destacan cinco piezas, cuatro halladas en una finca de Mengibar, Máquiz, y la quinta  en la necrópolis de Piquia, en Arjona. 
En 1860 se produce el hallazgo de los cuatro bronces de Maquiz, en un momento que se desconoce la riqueza arqueológica del territorio. Pero estas piezas, junto con otras que aparecieron en la zona, dieron un cambio importante a la historia de Mengíbar, pues Maquiz no es otro lugar que la antigua ciudad iberorromana de Iliturgi.
Formaban parte de un carro íbero. Están realizados en bronce fundido a la cera perdida, con forma de media caña, que se adaptaría a diferentes elementos del carro, como el yugo o el timón central. En todas es visible la argolla o parte de ellas, que servirían de pasariendas. La iconografía predominante es la representación del lobo, animal de carácter mágico para los iberos, aunque también aparece la figura masculina como héroe. Serían parte del ajuar de una sepultura principesca, y debieron reforzar los timones centrales de un carro. Dicho carro podría haber sido usado en un ritual funerario, vinculado a los más altos niveles sociales.
Una de las dos cabezas, que se encuentra depositada en la Real Academia de la Historia en Madrid,  es el aplique para el yugo. Con doble cara, representa por un lado la cabeza de un lobo con las orejas levantadas y lengua que cuelga entre fauces; y por el otro lado la cara de un joven héroe-guerrero con pendientes circulares y torque. 
Las piezas conservadas en el Arqueológico Nacional, una podría ser el aplique de yugo o el timón central, y muestra la cabeza de un lobo con las fauces abiertas; en su parte posterior muestra escenas de tritones enfrentadas a figuras masculinas. La tercera de las piezas también representa la cabeza de un lobo con las fauces abiertas, y en su parte posterior tiene grabadas dos escenas míticas en las que destaca la lucha de jinetes que cabalgan sobre hipocampos, y el enfrentamiento entre un lobo y un jabalí, que simboliza la lucha entre el bien y el mal. 
Los bronces de Maquiz fueron halladas por casualidad. No se tiene por tanto ni la cronología ni donde se ubicaban al haberse descontextualizado.       
 











La quinta de estas piezas singulares es la hallada en la necrópolis de Arjona, la cabeza de un guerrero íbero al que un lobo parece devorar, que se utilizaría como pasariendas. En este caso la pieza está contextualizada, al haberse localizado en la cámara funeraria del principe íbero de Arjona junto a los restos del carro  y datada cronológicamente en el siglo I a. C. Tiene una características muy similares a las halladas en Maquiz, con un elemento clave común: el lobo, tan importante en la cultura íbera.
El pasado mes de Enero se expusieron en el Museo de Jaén, una oportunidad única de contemplar las cinco piezas reunidas.

martes, 5 de julio de 2011

EL PALACIO DEL PRINCIPE DE PUENTE TABLAS

Los trabajos desarrollados por el Centro Andaluz de Arqueología  Ibérica (CAAI) han permitido sacar a la luz el palacio del 'oppidum'  de Puente Tablas, en Jaén, el primero que se ha excavado en Andalucía  y "de mayor entidad" arquitectónica con respecto a los que se  conocían hasta el momento en otras áreas de influencia ibera, como el  sur de Francia o el Levante español.
Así lo ha destacado  Arturo Ruiz, director del  centro con sede en la Universidad de Jaén, y que, junto con  sus compañeros Manuel Molinos y Carmen Rueda, visitaron este lunes pasado el yacimiento.
Ruiz ha explicado que la primera fase de la campaña de este año,  que está a punto de terminar, se ha centrado en lo que consideraban  que podía ser el área palacial, según apuntaban varios elementos,  como la zona en la que se encuentra dentro de la ciudad con "un  posicionamiento extremo, en el cortado del río y que parecía aislado  del caserío". Además, los datos geoeléctricos habían mostrado que las  casas poseían un orden muy estable, "casi como adosadas", y en este  punto era distinto.
Por ello, no ha sido extraño que los resultados "obtenidos hasta  ahora hayan permitido confirmar efectivamente que se trata del  palacio". "Es el primer palacio ibérico que se excava en Andalucía",  ha apostillado el experto para poner de manifiesto el alcance del  hallazgo que, "incluso, comparado con los de otras zonas iberas, como  el sur de Francia, Cataluña o el Levante español, tiene mayor entidad  desde el punto de vista arquitectónico".

En este sentido, el director del CAAI ha resaltado que, con 400  metros cuadrados y doble planta en algunos puntos, es más grande de  lo que se pensó en un principio. En cuanto a sus características, ha  indicado que presentaba forma de 'L', de manera que lo formaban dos  edificios, uno por cada aspa. 

PARTES DIFERENCIADAS

El primer inmueble tenía, a su vez, tres partes diferenciadas  estructuradas alrededor de un patio interior. "La primera era la zona  pública, donde, por ejemplo, el príncipe recibía a sus visitantes y  ofrecía banquetes. En segundo lugar, se encontraba un área privada  destinada al uso familiar y en la que, además, se ha hallado esa  doble planta, mientras que finalmente, había un santuario", ha  comentado para señalar que en el segundo edificio se desarrollaban  servicios para la vida diaria de palacio, de manera que se han  localizado silos y un horno y se intenta confirmar la posible  presencia de una almazara.

Ruiz ha señalado que la fundación de la zona palaciega en el  'oppidum' de Puente Tablas data del siglo V antes de Cristo (a.C), si  bien la entidad constructiva descrita anteriormente "no la consigue  hasta un siglo después". El desarrollo de esta ciudad fortificada,  situada a las afueras de la capital jiennense, comenzó a partir del  siglo VII a.C., ya que antes había sido una gran aldea, de modo que  no fue hasta esa fecha cuando se creó la muralla y las cabañas  evolucionaron a casas con un urbanismo mucho más organizado, "pleno",  que pone de manifiesto la existencia de personas que lo dominaban. 

Hacia finales del siglo IV a.C el 'oppidum' sus habitantes lo  dejaron temporalmente, por un periodo de 50 ó 60 años, después del  cual volvió a tener población, pero sólo hasta finales del siglo III,  cuando fue abandonado definitivamente, tal y como ha afirmado el  director del CAAI, quien ha mostrado su satisfacción el  descubrimiento del palacio.

"Una de las claves para confirmar el excelente patrimonio de una  zona, en este caso la provincia de Jaén, es la investigación, que  hace que esas huellas sean visibles", ha remarcado para incidir,  asimismo, en que el hallazgo viene a reforzar la iniciativa 'Viaje al  Tiempo de los Iberos', en el marco del cual también se desarrolla la  campaña arqueológica de 2011, cuya segunda fase se iniciará en  septiembre.  

Diario Jaen / EUROPA PRESS NOTICIAS

lunes, 13 de junio de 2011

LA DAMA DE BAZA

Parece ser,  por los últimos análisis realizados, que los restos óseos quemados que aparecieron en el hueco lateral de esta imagen corresponden a una mujer adulta,  joven de unos treinta años que vivió en la ciudad de Basti hace 2.400 años.  Se trata de La Dama de Baza, una escultura en piedra caliza, cuidadosamente labrada y policromada, recubierta de estaño en la parte que reproduce las joyas para darle apariencia de plata. Quizás es el retrato de la propia difunta,  representada en esta imagen sedente, en un trono alado y con garras de león, con función de urna cineraria, en la cavidad en el lateral derecho, donde se depositaron los huesos.
Con un atuendo entre dama aristocrática y diosa, viste tres finas túnicas,  un manto le cubre la cabeza y cae a lo largo del cuerpo. Se adorna con una tiara, pendientes, gargantillas y collares. En los dedos lleva varios anillos. Sus pies calzan zapatillas rojas y descansan sobre un cojín. Es una escultura con elementos suntuarios y simbólicos, el caracter sacro de la persona allí enterrada es evidente. También en las esquinas aparecieron ánforas para realizar libaciones desde el exterior.  El ajuar que se encontraba en su tumba no tenía copas para vino ni cráteras, ahora se entiende, al saber que los restos son de una mujer. No hay nada que relacionar con algún rito funerario masculino, excepto cuatro  panoplias completas de guerrero ibérico y cuatro vasos cerámicos extraordinarios, polícromos, que destacan su caracter ritual funerario. No era un ajuar simple, la falcata demuestra el prestigio social de la alli enterrada.
En la misma necrópolis hay otra tumba, tamibén de pozo. Es donde se se enterró al principe de Basti. El ajuar era muy distinto, si tenía cráteras griegas, copas para el vino, un brasero de bronce, sus armas personales como guerrero, recipientes de cerámica para alimentos y los restos del carro que dignifica su caracter aristócrata, al igual que en la cámara del príncipe íbero de Arjona. 
Eran las tumbas del poder real que habían gobernado el oppidum. En ellas se contenía todo el poder simbólico que les otorgaban sus familiares y clientes.  Eran quienes habían sostenido la legitimidad de una estirpe, la tumba de la fundadora de un linaje, una reina o una sacerdotisa.

martes, 24 de mayo de 2011

LOS IBEROS, EN MÁLAGA

Fundación La Caixa expone desde el día  11 de Mayo y hasta el próximo 22 de Junio " Iberos, nuestra civilización antes de Roma". La exposición recoge la historia desde sus primeros asentamientos peninsulares, mostrando los rasgos fundamentales de la cultura, la formación de su arte, organización política y social. En diferentes espacios se muestran las armas de los guerreros, la estructura de las viviendas, herramientas agricolas,o el mundo funerario, que ha dejado algunas de las esculturas más representativas de la cultura íbera como la Dama de Elche o la Dama de Baza,  de la cual se expone una recreación del yacimiento tal como fue encontrada. Estas damas eran posibles imagenes de una deidad humanizada, que tomaron el relevo de los guerreros en perpetuar el estatus de las altas jerarquías. También  se exponen reproduciones de diversos exvotos hallados en el santuario de Collado de los Jardines en Despeñaperros, entre otros.
Una exposición interesante y didactica, para conocer mejor a nuestros antepasados más remotos.  Está instalada en la Plaza de la Marina de Málaga y la entrada es gratuita.


 Y como escultura más representativa y "simbolo" de la cultura íbera, nuestro paisano el guerrero de Porcuna¡¡ Por algo Jaén es el principal referente nacional e internacional en el mundo íbero.