La Universidad de Jaén ha presentado la obra ‘Jaén, tierra íbera’, un
libro singular que recoge las intervenciones arqueológicas que se han
desarrollado en la provincia en los últimos cuarenta años.
Intervenciones en las que ha participado el hoy Instituto Universitario
de Investigación en Arqueología Ibera de la Universidad de Jaén, pero
también otras realizadas por equipos e investigadores de otras
universidades y centros de investigación.
La obra, editada por el Servicio de Publicaciones del Vicerrectorado
de Extensión Universitaria, Deportes y Relaciones Institucionales de la
UJA, ha estado coordinada por Arturo Ruiz y Manuel Molinos, Director y
Subdirector respectivamente del Instituto Universitario de Investigación
en Arqueología Ibera, y consta de 36 contribuciones de 50 autores
diferentes.
“Con este libro hemos pretendido mostrar la riqueza y el conocimiento
del patrimonio íbero de Jaén, para lo que hemos planteado un trabajo
desde que se crean los estudios universitarios y lo que significa para
este patrimonio la presencia de una institución universitaria en la
provincia de Jaén, que además tiene un grupo especializado en
arqueología íbera. A lo que hay que añadir el descubrimiento en 1975 del
conjunto escultórico de Porcuna, que hace que el patrimonio existente
hasta ese momento, que era bueno, pase a ser excelente”, explicaba el
catedrático Arturo Ruiz.
El trabajo se ha ordenado en una secuencia que atiende al tiempo de
los iberos. Seis siglos de historia que arrancan de la nucleación de la
población en el oppidum y el nacimiento de los príncipes, la creación de
los pagos aristocráticos y el apogeo del modelo clientelar, el
desarrollo de los modelos políticos territoriales con las pirámides de
oppida, y el final del proceso, iniciado con la Segunda Guerra Púnica
que llevó a la hibridación de la sociedad ibera bajo el poder de Roma.
Se ha prestado especial atención a los diversos componentes materiales
de la arqueología ibérica, a las nuevas formas que implican el uso de
las nuevas tecnologías en la investigación y tratamiento de la
información, así como a los modelos de transferencia del conocimiento a
la sociedad. De esta manera, se muestran intervenciones arqueológicas en
diferentes tipos de asentamientos o la revisión crítica de antiguas
excavaciones a partir de otras recientes y de los nuevos conceptos que
definen, teórica y metodológicamente, la arqueología de los iberos. Como
Puente Tablas o Giribaile, necrópolis como la de Castellones de Ceal o
las de Toya y Hornos de Peal de Becerro, santuarios como el de El
Pajarillo, Cueva de la Lobera en Castellar o las Atalayuelas de Fuerte
del Rey.
Por otro lado, en el libro se tratan numerosos asentamientos, hasta
un total de 35, que abarcan el desarrollo cronológico y espacial de esos
seis siglos. Algunos de ellos han tenido un tratamiento especial, como
Puente Tablas, asentamiento al que se han dedicado treinta y tres años
de investigación. Es también el caso de la necrópolis de Piquía, en
Arjona, por tratarse de una reciente investigación sobre un asentamiento
excepcional. Tampoco faltan otros como el Cerro de la Coronilla de
Cazalilla, y por supuesto el santuario heroico de El Pajarillo de Huelma
o Cerrillo Blanco de Porcuna, que han contribuido a reformular la
visión de la estatuario ibera. Además, se han incluido algunos trabajos
sobre piezas excepcionales de la arqueología ibera como el torito de
Porcuna, la caja funeraria de Villargordo, la pátera de Perotitos, el
sacrificador de Bujalamé, el tesoro de Santiago de la Espada o la Dama
de Cerro Alcalá.
Otros trabajos, derivados de investigaciones muy recientes, se
refieren a escenarios bélicos, como la Batalla de Baécula, o estudios
sobre los sistemas de intercambio o explotación de recursos agrarios
relativos a Marroquíes Bajos o Higuera de Arjona. Sin olvidar Cástulo y
su Puerta de los Leones, que ocupan también un lugar destacado en el
libro. Por último, se ha prestado atención a las investigaciones que
abordan desde las nuevas técnicas analíticas el estudios de los
materiales y de los contextos arqueológicos, al igual que la
transferencia del conocimiento, otra de las señas de identidad del
Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, con las
aportaciones de los proyectos 3D-ICONS, Carare o Viaje al Tiempo de los
Iberos.
“Creo sinceramente que el trabajo ha merecido la pena, que se ha
reunido un trabajo de investigación de un nivel científico más que
notable, además expuesto con un lenguaje que permite que investigadores y
la sociedad en general se acerquen a un encuentro con una tierra que
definitivamente es ibera”, aseguraba Manuel Molinos.
El pasarriendas de bronce hallado en la necropolis del principe ibero de Arjona, ha sido el motivo de la portada del libro.
Fuente: Diario Digital UJA.
Autor: Gabinete de Comunicación UJA (F.R.R.).
Autor: Gabinete de Comunicación UJA (F.R.R.).
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